Las
proteínas constituyen más del 50% de la materia sólida de las células.
Las proteínas son las más complejas y funcionalmente las más versátiles
entre las biomoléculas, tanto para la composición de la célula, porque
las proteínas forman estructuras celulares como membranas,
microfibrillas, cilios, flagelos, etc., como para funciones de gran
importancia para la supervivencia de la célula, como almacenamiento de
energía, transporte de otras substancias, señalización, protección,
funciones hormonales, etc. Las proteínas son también una parte crítica
de todo proceso metabólico porque trabajan como enzimas, las cuales son
proteínas que selectivamente aceleran o desaceleran las reacciones
químicas.
Las
proteínas están formadas por subunidades llamadas aminoácidos. Los
Aminoácidos son moléculas orgánicas compuestas por dos grupos, un grupo
carboxilo y un grupo amino. La fórmula general para un aminoácido es
como sigue:
C2H4O2N-R
NASIF NAHLE SABAG
R
significa una cadena de uno o más átomos de Carbón, que puede
combinarse con otros elementos, como H, O, P y S, que sin embargo, no
son parte del grupo carboxilo.
Ejemplo de aminoácido:
NASIF NAHLE SABAG
H H
| |
Grupo Amino-----> H - N - C - C = O <-----Grupo Carboxilo
| | |
H H O - H
GLICINA (gly)
Hay
20 aminoácidos en la naturaleza de los cuales están formadas todas
proteínas. Polímeros construidos por dos o más aminoácidos, unidos por
enlaces peptídicos, son llamados polipéptidos.
Las enzimas, las hormonas, el Colágeno, la Clorofila y la Hemoglobina son proteínas muy importantes para los seres vivientes.
Por Wendy T. Noriega
¿SON LOS VIRUS SERES VIVIENTES?
Por Wendy T. Noriega
Pensamos
que, a estas alturas del avance de las ciencias, la controversia sobre
si los virus son seres vivientes o son seres inertes ya debería haber
terminado. Es muy claro que los virus son partículas inertes que quizás
se originaron como desechos de las mismas células que después de miles o
millones de años sirven como anfitrionas de esos desechos. Dado que los
virus poseen una sección de ADN correspondiente al ADN del genoma
completo de las células anfitrionas, tienen posibilidades de
reproducción; sin embargo, como son seres inertes, no vivientes, los
virus son incapaces de reproducirse por ellos mismos, a diferencia de
los seres vivientes que sí pueden auto-replicarse cuando ocurre la
exigencia para hacerlo.
Esta
incapacidad de los virus responde precisamente a que ellos no
experimentan el estado de la vida, pues de hacerlo, ellos podrían tomar
la energía del ambiente en cualquier momento, dirigiéndola hacia estados
específicos para hacer uso de ella en la producción de sus propias
enzimas y auto-replicarse. Pero no, los virus no pueden ni adquirir
energía del ambiente y, mucho menos, manipularla hacia procesos
bioquímicos específicos. Los virus no hacen esto ni siquiera estando
como huéspedes de una célula.
Por Wendy T. Noriega
La
teoría más confiable y con más hechos a favor es la de que los virus en
realidad no atacan a las células, sino que las mismas células los
identifican como material propio, introduciéndolos al citosol y
proporcionándoles los productos necesarios para su replicación. La
generación de muchas partículas virales (reconocidas finalmente por la
célula como materiales de desecho) provocan, en la mayoría de los casos,
la destrucción de la célula anfitriona.
Las
células cometen el mismo error con los priones, los cuales son
fragmentos proteicos defectuosos que se generan dentro de las mismas
células (que finalmente son destruidas por ellos), a partir de proteínas
normales, como productos de desecho que se auto-replican usando las
mismas rutas metabólicas de la célula que los contiene.
Por Wendy T. Noriega
Los
virus son sistemas termodinámicos constituidos por partículas de ácidos
nucleicos contenidos dentro de una cápsula generalmente hecha de
proteínas, aunque algunos virus de ARN, como algunas partículas
parásitas de plantas, estén desnudos, o sea, no contenidos por una
cápside.
La
particularidad de los virus es que si ellos se encuentran en un campo
abiótico, ellos muestran las características de los seres inertes, pues
no son capaces de capturar autónomamente la energía del ambiente para
redirigirla hacia procesos metabólicos específicos ni hacia funciones
definidas, por ejemplo, la reproducción, la respiración, la
fermentación, etc. Sin duda, cuando los virus se encuentran en un campo
abiótico son seres inertes.
Sin
embargo, cuando los virus son colocados aleatoriamente en el campo
biótico adecuado, siempre y cuando ese campo biótico sea compatible con
las sucesiones genómicas de los virus, ellos son capaces de
autoreplicarse, aprovechándose de la energía y de las moléculas
catalíticas del medio biótico en donde ellos progresan como si fuesen
parásitos.
Por Wendy T. Noriega
Éstas
son las características macroscópicas de los virus por las cuales
algunos biólogos los consideran como sistemas vivientes, mientras que
otros biólogos consideran que los virus son simplemente sistemas
inertes.
Ésto
no es una cuestión de dogmas ni de creencias personales. Analicemos los
hechos de una forma sencilla para obtener una conclusión coherente
acerca del estado de energía de los virus.
1. Los virus no pueden ocupar posiciones en los campos de alta densidad de energía de manera autónoma.
2.
La sucesión del material genético de los virus coincide con la sucesión
de ciertas secciones del ADN o del ARN de las células anfitrionas o
parasitadas, de aquí que se considere que los virus se hayan originado
como productos de desecho derivados de las células que serían sus
anfitrionas en el futuro.
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3.
Los virus no poseen membranas, citosol o ATP sintetasa. Ya se ha
demostrado que el citosol es la única fase de la materia que puede
experimentar la vida y que el estado de la energía en la vida solo puede
experimentarse en membranas especializadas que poseen ATP sintetasa
(membrana celular de los procariotas, membranas internas mitocondriales y
membranas tilacoidales de los cloroplastos).
4.
Los virus no tienen mitocondrias, las cuales son organelos capaces de
capturar y almacenar la energía para redirigirla hacia la ejecución de
las muchas funciones de un verdadero ser viviente.
5.
Los virus no poseen membranas plasmáticas, ni membranas internas, que
pudieran experimentar la fuerza motriz protónica que es la que establece
un potencial de membrana en forma autónoma (vida).
6.
Los virus no poseen membranas capaces de ser excitadas por choques con
fotones para capturar la energía liberada después de la colisión y
mantener un potencial de membrana continuo que permita usar esa energía
capturada en la síntesis de moléculas más complejas para almacenar la
energía de activación llevada por los fotones.
Por Wendy T. Noriega
7.
Los virus no adquieren vida durante su estancia parasitoide en las
células anfitrionas, dado que la vida no puede transferirse ni
infundirse, sino que los virus son dirigidos por las mismas células
anfitrionas para hacerlos coincidir con sus propias características
macroscópicas que no tienen nada ver con el estado de la vida, sino con
otros microestados experimentados por las moléculas auto-catalíticas
(los ácidos nucleicos, las proteínas catalíticas, las enzimas, etc.).
8.
El estado de la vida sólo puede ser experimentado y sólo puede ser
mantenido por un arreglo específico de la materia, es decir, sólo por
estados con posiciones y movimientos específicos de las moléculas
completamente incorporadas y formando biomembranas.
Veamos un ejemplo:
Los
virus del SIDA pueden autoreplicarse dentro de los linfocitos de
algunos mamíferos. Para alcanzar el medio adecuado en donde pueda
reproducirse, el VIH no puede trasladarse en forma autónoma, sino que
tiene que ser transportado en ciertos fluidos corporales que deben ser
introducidos en el organismo no enfermo a través de alguna mucosa o de
alguna herida. Si esos fluidos conteniendo virus no fueran depositados
dentro de un organismo viviente, sino en un medio inerte, a la
intemperie, su destino sería como el de cualquier partícula no-viviente,
pues los virus son incapaces de obtener energía del ambiente en forma
no-espontánea, y por ende, con el paso del tiempo, su energía interna se
disipa o dispersa espontáneamente hacia más microestados disponibles
causando su desintegración como sistemas termodinámicos. Por esta razón,
el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH/SIDA) solo permanece
viable a la intemperie por un tiempo máximo de 30 minutos. Después de
este tiempo, el VIH es incapaz de autoreplicarse, infectar, etc.
Por Wendy T. Noriega
La
conclusión de esta tesis es que los virus no son seres vivientes
porque, tanto por su composición molecular macroscópica como por su
estado energético microscópico corresponde al de los sistemas
termodinámicos inertes con un estado de no-equilibrio térmico, pero con
espontaneidad en el incremento de microestados posibles. Los virus no
poseen las estructuras necesarias para realizar intercambios de energía
autónomos con el ambiente ni para crear el campo electrodinámico propio
de la vida.
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